lunes, 24 de octubre de 2011

...mi despedacito de rio....!


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jueves, 1 de septiembre de 2011

De alta y otras cosas...

Hoy firmé una hoja que dice que estoy curada, no sé si quien la escribió sabe bien de qué, o más bien de cuánto estoy curada.
Es raro, me emociona saberme lista, con mis respuestas claras ¿dónde quiero vivir? ¿con quién quiero vivir? ¿qué quiero hacer?.
Mi moneda ya giró y en eso me caí, el dolor me inundó también el miedo, pero cuando me calmé me dí cuenta. Sentí caricias sublimes, manos acariciando mis manos, ojos de amor infinito me acogian, me tomaron, cuidaron, alimentaron y curaron. Aclararon las mañanas y adornaron las tardes con historias, canciones, colores, besos.
Me doy cuenta de que ya no hay regreso, aquí me quedo conmigo y contigo, con nosotros.
Gracias a todos quienes me acompañaron, a los que pensaron en mi, los que rezaron, los que cantaron mi nombre (mi manada amorosa), a los que me abrazaron, me dieron energía, me sostuvieron, me acariciaron, me iluminaron...

Gracias porque pude dar, recibir y entregarme.

viernes, 15 de julio de 2011

Siento el frío profundo que aún yace en mi pecho, no hay cobija que lo arrope, no hay aliento que lo entibie.

Una ráfaga de viento viene de vez en cuando a recordarmelo, a decirme que aún existe y me quiere llevar a la vitrina donde estuve por años.

Me resisto a llanto y a gritos, me aferro a mi circulo de colores y caliento mis pies para saber que aún sigo viva.

sábado, 14 de mayo de 2011

Y tú ¿dónde estabas mientras se preparaban las hierbas y adobaban las carnes?
¿Dónde estabas cuando echó a la olla y ensalzó sabores
con especias de olores picantes y dulzones?
Seguro te encontrabas mirando la luna
buscando historias y palabras para decir lo que siente el alma.
Seguro estabas entregando tu mirada
esperando un gesto de regreso
Me imagino que estabas con ellos,
con los de afuera y los de al lado, haciendo planes,
completando calendarios de risas, viajes y goces.

Ahora, ahora el fuego está encendido
las hierbas, carnes y verduras ya soltaron sus aromas.
Se cocinan en un guiso maravillosamente exquisito.
Ven, vuelve y trae lo que has trabajado, vuelve sin desandar.
Siéntate a la mesa,
esta cena saciará tu sed y tu hambre.
Amigo mío, prepárate, ya se acerca tu tiempo de cosecha, otoño.

viernes, 1 de abril de 2011

Russ

¿Quién es esta mujer pequeña, de palabras escrutadas, rostro límpido y brillante?
Sé que trae en sus genes la memoria de antepasados disidentes que llegaron por mar al nuevo mundo. Aquí, en esta tierra semiárida estiraron sus raíces y dejaron caer sus semillas dando origen a una casta de colores y sabores ricamente mixturados. De ahí germinó. Una mañana de diciembre, un capullo un poco más pequeño que los demás empezó a vibrar tímidamente hasta desprenderse de su primera capa, aquella gruesa tela que le protegió de la intemperie lluviosa y fría se abría para recibir al sol del solsticio. Luego aparecieron las capas de colores, combinadas y diseñadas, se empezaron a alivianar con soltura dejando ver el esponjado de los pétalos en su interior, soltando de a poco el aroma de la flor celosamente guardada.
A medida que las capas del capullo y los pétalos cedieron, apareció una pequeña niña, de rizos color almibar y sonrisa justa. Le dieron una consigna mágica y para ello se hizo de herramientas poderosas. Aprendió el oficio con prolijidad, con su mirada atenta leyó aquello que no estaba escrito y percibió lo que las palabras escondían, tradujo la magia y al fin, la conviertió en un cuento.

jueves, 3 de marzo de 2011

Asimetría (Verónica Bannen)

Asimetría (Verónica Bannen)
Adaptación

Se miraba una y otra vez en el espejo, como si el vuelco en su vida, del que se acababa de enterar, se le fuera a plasmar, de inmediato, en alguna parte del cuerpo.
De un momento a otro todo, todo se volvió ajeno, las risas de los niños en el comedor, la voz de su marido pidiendo silencio y calma, el ruido de la tele.

Palpó su imagen en el espejo, buscando el contacto con ese “yo” que estaba al otro lado. Retrocedió sin dejar de mirar su imagen, como sujetando su pasado.

Metió las manos en los bolsillos y se encontró con el papel que desde hacía unos minutos era el dictador de su futuro. Por un momento pensó dejar sólo para sí la noticia, pero esa idea la descartó de inmediato, más temprano que tarde sería evidente lo que pasaba con ella, no podría ocultarlo por mucho tiempo.

Su pensamiento, simultáneamente, recorría a los conocidos preguntándose con quién compartir su desconcierto. Sus padres…fueron los primeros que aparecieron en su memoria, pero no, no era una buena elección. Recién se habían cambiado a su casa propia, que gracias un esfuerzo de años y no pocas privaciones, habían logrado comprar, después de tantos años. No, no era buena idea, no era prudente exponerlos a semejante trastorno, que precisamente en este momento, parecía una maldita ironía de la vida.

Su marido, …hacía meses que sentía que su relación se destejía por todos los bordes y ninguno de los dos hacía intentos por repararla, sin embargo, ella no se imaginaba los días sin él, amaba su hogar, así tal cual era. Tampoco era el minuto, pensó, para hablarlo con él, podría interpretarlo como un acto desesperado por retenerlo, como una manipulación patética.

Los amigos, siguieron la lista, mejor dicho “la amiga”, esa mina buena onda que le ayudaba a mirar la vida con mayor sencillez, sin complicaciones. Casi siempre se contaban lo que les pasaba, hablaban dfe la vida, arreglaban el mundo, se reían de algunos programas de televisión, de algunos persojaes de nuestra farándula tan variada. De vez en cuanto se tomaban una cervecita, un sábado mientras los niños jugaban.

Revelarle algo tan personal, tan fuera de las conversaciones que solían tener, tal vez era ponerla en un rol incómodo y temió que, después de recibir esa información, y en vista del revuelo social que tendría su vida, comenzara a evitar su compañía y terminara por perderla por lo tanto, también lo descartó.

Volvió a apoyarse en su reflejo, cerró los ojos, en ese minuto no le pareció tan terrible ser una mujer común y corriente, una mujer sin historias fabulosas de amor, pasión o de sangre.

En un gesto de despedida y zanjando la simetría de su “conversación” se alejó.
Antes de salir del baño sacó el papel del bolsillo, lo trituró en mil pedazos, lo lanzó al agua y con un golpe metálico, vio irse en un remolino de agua irreversible al malito boleto ganador del Kino.